Los resultados que sostienen el posicionamiento de las organizaciones son impulsados por Líderes Innovadores, quienes asumen retos constantes y materializan objetivos diferenciadores mediante estrategias de innovación.
Los resultados extraordinarios que sustentan el posicionamiento de las organizaciones son desarrollados por actores cuyas características están bien definidas y a quienes se les denomina Líderes Innovadores. Ellos asumen constantes retos, son los gestores y artífices de la materialización de metas y objetivos diferenciadores, a partir de acciones y estrategias promovidas desde los procesos de innovación.
El líder innovador se caracteriza por tener habilidades, competencias, valores y principios que lo estructuran como un talento clave para el posicionamiento de cualquier organización independiente de cual sea su sector o industria.
Las características del Líder Innovador han sido motivo de investigación y análisis como las que se describen en el libro “El ADN del Innovador”, en donde a través de un estudio con 25 experimentados líderes y 3000 entrevistas a ejecutivos, definieron las 5 habilidades claves que utilizan los líderes innovadores: asociar, cuestionar, observar, trabajar en red y experimentar. Estas habilidades funcionan como un sistema en donde cada una de las habilidades suma de forma relevante en el proceso creativo e innovador del líder, fomentando resultados diferenciales.
En la habilidad de asociar, el líder pone a disposición sus conocimientos y experiencias para vincular y conectar todas las posibles variables, preguntas, problemas o ideas en el desarrollo de una solución o un proyecto. Acompañando esta habilidad el líder se cuestiona, pues considera que es más relevante hacer preguntas que tener todas las respuestas, así mismo se proyecta en escenarios restringidos donde los recursos se limitan y debe potencializar su capacidad creativa. Puede cuestionarse en la medida que observa su entorno y en lo cotidiano descubre detalles que le permite comprender y analizar las necesidades de sus clientes. Se da a la tarea de experimentar pues gracias a las prácticas, pruebas pilotos y prototipos recurrentes, el resultado se optimiza superando las expectativas. Trabaja en red fomentando una contribución interdisciplinaria en donde cualquier posición y conocimiento es valorado para el desarrollo y cumplimiento de los objetivos.
Adicional a las habilidades concluidas por los expertos Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton Christensen en su libro “El ADN del Innovador” se encuentran otras características que complementan la postura y visión que asume el líder innovador.
A partir de la premisa que la innovación es un trabajo colectivo y no individual, el líder innovador es capaz de gestionar las competencias y capacidades de cada uno de los integrantes de su equipo de trabajo sumando esfuerzos y motivaciones para el éxito colectivo.
Desde su postura visionaria promueve el cambio como una consecuencia natural al momento de enfrentar los retos y riesgos generados desde la innovación, contempla el fracaso como una posibilidad de aprendizaje promoviendo en sus equipos de trabajo la creatividad, apertura a nuevos caminos y exploración de diferentes ideas.
El líder innovador se comunica de forma asertiva y empática ya que el proceso de comunicación es un factor indispensable para generar las sinergias necesarias en espacios laborales autogestionados y ágiles. En el liderazgo innovador no siempre se tienen las respuestas y no se teme reconocerlo, sin embargo, con lo que siempre cuenta es con la motivación para construir dichas respuestas y cumplir con lo que se ha propuesto.
Los líderes innovadores fomentan su propio desarrollo y el de su equipo de trabajo alcanzando no sólo los objetivos organizacionales, sino aquellos objetivos personales y profesionales que se integran con su propósito.
Antes, la calidad diferenciaba a las organizaciones; hoy es un estándar básico que el consumidor espera. Ahora, es esencial en cada proceso, y las empresas se esfuerzan por garantizarla en todas sus acciones.
La calidad, antes vista como un valor diferenciador, se ha convertido en un mínimo esperado por los consumidores. Hoy, es un aspecto indispensable en las organizaciones, que se esfuerzan por ofrecerla en todos sus procesos.
Design Thinking es clave en la innovación empresarial, pero a menudo se malinterpreta. Su rol en sectores como gobierno y educación resalta la importancia del diseño en procesos innovadores.