¿Cómo comprobar si una empresa es realmente sostenible?

¿Cómo comprobar si una empresa es realmente sostenible?

La crisis ambiental ha catapultado la conciencia global en los últimos años, impulsando un movimiento sin precedentes en favor de acciones más sostenibles. Sin embargo, nos hemos encontrado con un gran obstáculo: el greenwashing, una técnica engañosa en la que empresas o instituciones promueven una imagen de responsabilidad ambiental sin que sus acciones reflejen realmente este compromiso.

Este término combina "green" (verde) con "washing" (lavado) y se refiere a los esfuerzos de las organizaciones por presentar una fachada ecológica que en realidad no corresponde a sus prácticas reales. Es normal sentirse atraído por marcas que se presentan como sostenibles, aún así, es crucial ser conscientes de que algunas empresas podrían aprovecharse de esta tendencia para beneficiarse sin realmente cumplir con sus promesas, lo que complica la tarea de distinguir entre iniciativas reales y aquellas que solo buscan mejorar la imagen de su marca.

Para combatir esta práctica, es fundamental fomentar la transparencia, exigir estándares más rigurosos y promover una cultura de autenticidad y responsabilidad en el ámbito de la sostenibilidad. Los criterios ESG, conocidos en español como ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza), representan los estándares utilizados para evaluar el desempeño de una empresa en tres áreas clave, presta atención:

1. Ambiental (Environmental): Evalúa el impacto de la empresa en el medio ambiente, abarcando desde la gestión de residuos y energía hasta las emisiones de gases y la protección de la biodiversidad.

Busca productos con etiquetas ecológicas o certificaciones reconocidas que garanticen prácticas sostenibles, como el uso eficiente de energía, gestión responsable de residuos o reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Opta por empresas que implementen acciones tangibles, como programas de reciclaje, uso de energías renovables, y apoyo a iniciativas de reforestación o conservación.

2. Social (Social): Abarca el impacto de la empresa en la sociedad, incluyendo las relaciones laborales, la cadena de suministro, derechos humanos, diversidad e inclusión.

Antes de comprar un producto o servicio, investiga las políticas laborales de la empresa. Busca si promueven la diversidad e inclusión, y si respetan los derechos humanos en su cadena de suministro. Apoyar a empresas con prácticas laborales éticas es clave para incentivar cambios positivos. Si notas que una empresa no cumple con estándares sociales adecuados, no dudes en expresar tus inquietudes. Las opiniones de los consumidores pueden presionar a las empresas a mejorar sus prácticas.

3. Gobernanza (Governance): Se enfoca en la estructura y gestión de la empresa, abarcando temas como la transparencia, ética, prevención de corrupción y prácticas de remuneración.

Muchas empresas publican informes de sostenibilidad donde detallan su estructura de gobernanza, transparencia y prácticas éticas. Pregunta sobre sus políticas y toma decisiones informadas basadas en la claridad de sus respuestas. Leer estos reportes puede darte una mejor idea de su compromiso con la buena gobernanza.

Como consumidor, puedes usar estos estándares para verificar si las empresas realmente están comprometidas con la sostenibilidad o si solo practican el "greenwashing".

Si bien el daño causado por esta tendencia es considerable, la sociedad civil, las empresas y los gobiernos han respondido con iniciativas innovadoras para revertir esta tendencia y construir un futuro más verde. La transición hacia una economía circular, el desarrollo de energías renovables y la protección de la biodiversidad son solo algunos ejemplos de los esfuerzos en marcha para restaurar los ecosistemas más vulnerables y garantizar un planeta saludable para las generaciones futuras.

Por parte del sector financiero, las finanzas verdes representan un movimiento transformador que busca canalizar inversiones hacia proyectos y empresas comprometidas con la sostenibilidad ambiental.Estas estrategias van desde la emisión de bonos verdes y préstamos sostenibles hasta la creación de fondos de inversión especializados en energías renovables, eficiencia energética y gestión de residuos, entre otros.

Colombia se está posicionando como líder en finanzas sostenibles en Latinoamérica. La Climate Bonds Initiative (CBI) destacó que hasta 2022, el país emitió alrededor de 2.400 millones de dólares en bonos verdes, sociales y sostenibles, con el 53,7% destinados a proyectos de energía renovable y transporte amigable con el ambiente.

En general, se está viviendo una era en donde los desafíos ambientales y éticos se entrelazan de manera compleja. La presión industrial y la contaminación recuerdan a diario el impacto de las acciones humanas sobre el planeta. Pero más allá de los grandes titulares y las estadísticas alarmantes, subyace una profunda reflexión: ¿qué papel juega cada persona en esta problemática?

Ciertamente, las empresas tienen una responsabilidad ineludible en la búsqueda de prácticas más sostenibles. Sin embargo, son los consumidores quienes pueden generar un cambio más significativo. Cada compra, cada elección, es una oportunidad para exigir productos y servicios que respeten el entorno y los valores compartidos. Es momento de comprender que la transformación es un proceso continuo que requiere una participación activa. Solo uniendo fuerzas y manteniendo la presión sobre todas las partes involucradas se podrá avanzar y generar un verdadero impacto.