Para afrontar problemáticas de salud atadas a nuestras deudas, el paso inicial consiste tomar consciencia acerca del impacto que las decisiones económicas pueden llegar a tener en nuestro bienestar.
Importantes estudios demuestran que las deudas y el estrés van firmemente tomados de la mano, a tal punto que puede terminar siendo causante de otras afecciones psicológicas y físicas. Sin embargo, como todo archienemigo, por más fuerte que parezca, siempre habrá formas de derrotarlo y en este caso, si se adopta una cultura de planificación y criterio financiero a la hora de administrar nuestras deudas, tenemos grandes posibilidades de “domar a la bestia”.
El estrés asociado a las deudas se presenta cuando nos percatamos que la fecha de pago de nuestras obligaciones se acerca y que lastimosamente, por falta de una adecuada planeación financiera, no tenemos muy claro cómo vamos a pagar. La perturbación de nuestra salud mental llega cuando comprendemos que definitivamente no estamos al día y que estos retrasos, que se convierten en mora, tienen implicaciones como pagar más intereses y reportes negativos ante las centrales de riesgo.
Estudios independientes realizados por la Universidad de Massachusetts y la revista Clinical Psychology Review, coinciden en que las personas con deudas iguales o superiores a sus ingresos presentaban las peores condiciones de salud y que algunas de las problemáticas relacionadas con el bienestar mental más comunes a las que se enfrentaban, eran estrés, depresión y psicosis. Por el contrario, se pudo evidenciar que las personas con niveles sanos de deuda y quienes se encontraban al día, no alcanzaban ni siquiera niveles cercanos al 10% de incidencia en enfermedades mentales.
Para afrontar problemáticas de salud atadas a nuestras deudas, el paso inicial consiste tomar consciencia acerca del impacto que las decisiones económicas pueden llegar a tener en nuestro bienestar, para cumplir este objetivo y garantizar nuestra tranquilidad en el mediano y largo plazo los expertos recomiendan:
1. Realizar una revisión a detalle de nuestras obligaciones financieras, partiendo por identificar si el propósito perseguido con la deuda fue alcanzado y si era necesario, para continuar con el entendimiento de elementos como la tasa de interés, los plazos y el monto total a pagar. Estas evaluaciones nos permitirán aprender de la experiencia y afinar el ojo sobre aquellos créditos que por el momento no le convienen a nuestro bolsillo.
2. Documentarse, recuerda que aunque para consejos relacionados con el amor y las vacaciones, familiares y amigos pueden ser de mucha utilidad, para temas económicos y de manera específica para la adquisición de grandes deudas las decisiones que se tomen deben partir de estar informado, de recurrir a personas con altos conocimientos financieros o a entidades que puedan brindarte una guía sobre cuál de las alternativas presentes en el mercado es la más adecuada.
3. Incluir la planificación financiera dentro de nuestra rutina mensual, donde la realización de un presupuesto y la adquisición de buenos hábitos de pago, nos permitan tomar decisiones financieras acertadas. En este punto nuestra disciplina y compromiso nos ayudarán a cumplir proyectos y metas al mismo tiempo que normalizamos nuestra vida crediticia.
4. Estudiar alternativas para mejorar el flujo de caja, como lo mencionamos en nuestra entrada: Deudas bajo control para tu bienestar financiero, cuando el pago de las deudas supera el 30% de los ingresos mensuales el sobreendeudamiento ha tocado la puerta, en relación con el crédito una opción a considerar es el aumento de los plazos que llevarán a una disminución de la cuota mensual, y a partir de allí realizar, cuando sea posible, pagos por encima de esta cuota mínima.
Nuestra salud mental al igual que la física, debe ser una prioridad, aquí radica la importancia de organizar nuestras finanzas personales y así conservar nuestra preciada tranquilidad. No debemos dudar en dar el primer paso y transformar ese “temido némesis” en un personaje inofensivo. ¿Estás listo para mejorar tus finanzas ya mismo?